Nunca me ha gustado leer entre líneas. Me gustan las cosas claras, el chocolate espeso, los esmaltes grises y escuchar música deprimente cuando tengo días de bajón. Por recrearme en los malos momentos y todo ese rollo.
Leer entre líneas es innecesario. Claro, hay personas que les encanta ese juego de escuchar, interpretar y malinterpretar. Innecesario. Aburrido. Juego de niños.
Me gusta, sin embargo, alargar la sobremesa. Me gusta ir a desayunar a un bar y salir cuando es casi la hora de merendar, para quienes hagan esa comida. Paso.
Me parece surrealista que nos metan a todas las tías en un mismo saco. Me parece acertado meter a muchos tios en un mismo saco. Piedras, ladrillos. Cuerda. Tirar al mar.
Adoro salir, divertirme, bailar, saltar, reír (con/de). Me gusta hacer reír. Me gusta hacerme la dura cuando en realidad estoy "frita".
Esto último no me gusta, en absoluto. Es incómodo. Me subo por las paredes.
Odio la hipocresía. Odio ver el rumbo que está cogiendo mi vida. Desastrosa, lamentable, superficial y caótica. Odio terminar. Odio este fin de semana que aún está empezando.
Ojalá un reloj que alterara el espacio/tiempo. Ojalá un horno pirolitico para ellas y un campo de concentración para ellos. Ojalá una máquina que sacudiera los corazones de los malditos. Ojalá darles a todos uno. Ojalá.
500 days of Summer. Siempre tan recurrente. Lee entre líneas. Palabras que llevan veneno.
1 comentario :
qué buen post, em ha encantado. a la vez me ha inspirado muchísimo
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