Hay que ver que sentimiento de culpabilidad tengo sobre mi, jajaja. El Pepito grillo de mi conciencia me está taladrando día a día... ¿que por qué?... Porque esta semana de Carnavales he estado totalmente desconectada de TODO.
Mi semana se podría resumir en diferentes imágenes:
Barbacoas familiares en las que mi querido perro-primo Duque se empeña en morder mis zapatos... (te sigo guardando el destrozo de mi libro, querido...)
Y para reposar comilonas de solomillo, verduras, 800 tartas y 800 dulces... decidimos todos bajar a la feria, que por cierto este año, con el cambio de ubicación, tiene un toque totalmente americano... ¡Me encanta!.
Admirábamos cada una de las nuevas atracciones, pensando "Inconscientes... antes lo éramos nosotros, ahora sólo miramos".
Y al día siguiente, madrugamos para ir a dar un revitalizante paseo por la playa. Me hizo muchísima gracia ver como los estragos del Carnaval llegan hasta el pueblo pesquero, minado de dormilones en calzoncillos cubiertos de purpurina. Y ya el puntazo era ver a los "guiris" vestidos "de invierno" sacándose fotos en la playa.. ¡con lo buena que estaba para tomar un baño, señores!
Sin embargo, debo confesar que cada año estoy más desconectada de los Carnavales... ¡qué le vamos a hacer!. Mientras tanto...
XOXO
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